Una vez más

Una vez más, como hace cuatro años me preparaba para asistir a un concierto de System Of A Down. Existe un fenómeno muy particular entre las personas de mi generación, cuando estábamos en secundaria todos escuchábamos a SOAD, Korn, Linkin Park, Rammstein entre otros, más por moda que por gusto. Los populares lo escuchaban, entonces tú también tenías que hacerlo. Conforme fueron creciendo se olvidaron de ellos, y ahora son hijos del Komander, como ayer lo fueron de Daddy Yankee. Carecen de un gusto musical propio, y nunca han experimentado lo que yo experimenté hace 4 años y lo que experimenté hoy: El poder de la música.

A diferencia de la vez pasada, la visita de SOAD a México no me tomó por sorpresa, la esperaba, la intuía y cuando se oficializo yo estaba preparado. Hace ya más de 10 años que no nos regalan material nuevo, Serj Tankian ha realizado trabajos que van desde 2 álbumes de rock puro y duro (Elect The Dead y Harakiri) uno más de rock experimental (Imperfect Harmonies), una sinfonía rock (Elect The Dead Simphony), música clásica (Orca), Jazz (Jazz-Iz-Christ) y múltiples colaboraciones con artistas tan variados como Tom Morello hasta Benny Benassi. Es sin duda el más polifacético musical y artísticamente hablando puesto que no hay que olvidar su trabajo como pintor y escritor. Daron Malakian en ese intervalo solo nos ha dado un disco de Scars On Broadway (que cuenta en la batería con John Dolmayan), con un estilo musical más que familiar para quienes escuchamos a SOAD desde siempre, e inclusive con grandes referencias a su banda de origen, no podemos olvidar el We´re on drugs que interpretaba en vivo con System al principio de los dos miles ahora incluido en la canción Enemy, estamos hablando del 2008. Lo mas reciente del guitarra es su colaboración en el nuevo material de Linkin Park. Mientras que Shavo Odadjian lo hemos escuchado en Achozen con un par de canciones y hablando de Kim Kardashian en TMZ (no es broma), así como el único miembro de la banda que ha reflejado su desesperación por no poder grabar un nuevo disco bajo el sello de System Of A Down llegando inclusive a sugerir si debían remplazar a Serj de la banda, confirmado de una vez por todas que es el señor Tankian quien ha impedido de una manera u otra que esto suceda. A pesar de estos momentos críticos la banda no ha dejado de ofrecer conciertos desde el 2011 hasta la fecha. Presentándose en los más grandes escenarios de la escena musical y regalándonos en la primera mitad del 2015 el que será su concierto más icónico: Wake Up The Souls Tour live in Yerevan, Armenia. El año que viene lo observo como el decisivo, o hacen un nuevo disco o la separación definitiva. Esperemos sea lo primero.

La mañana del 6 de Octubre de 2015 me desperté aletargado, esta vez me encontraba acompañado de dos seguidores de SOAD. Uno, quien me mostró el camino, el otro un iluminado por mi persona. La expectativa era grande, ya no era mi primera vez y me disponía a disfrutar plenamente el concierto, agarramos camino hacia Tepito en busca del smoking para la noche tarareando cualquier canción que no fuese de ellos, manteniendo la mente ocupada en otros menesteres, puesto que si no la espera me iba a carcomer lenta y dolorosamente. Los momentos más cercanos al evento definitivo siempre son más crueles, ello lo comprobé una vez en la fila para ingresar al palacio de los deportes. Encontrarse con más de 20 mil personas que comparten una afiliación similar a la tuya es impresionante, uno suele pensar “debo ser el más grande fan de System Of A Down en México” hasta que te topas con miles y miles de almas que piensan igual que tú, gozan y bailan con las mismas canciones, que sufren con la eterna incertidumbre de un nuevo material de estudio. Sabes que estas en casa.

Los años no pasan en balde, tuve que salir de la zona cercana al escenario, los empujones, codazos, y aplastamiento fueron mucho para mí. Yo voy al concierto a cantar y bailar, lo comprendo tarde. No sé si es por la banda o el organizador del evento pero siempre hemos de tener telonero, hace cuatro años fueron dos sujetos insoportables, hoy fue una banda de Chihuahua llamada Apolo que me sorprendió gratamente con su sonido y espectáculo, me he de hacer el tiempo para buscarlos y escucharlos, además esta vez fue el mismo System quien los eligió (como ya lo hiciera Foo Fighters por lo que he leído). Me sorprendió ver la diversidad de edades, sobre la pista. Jóvenes, muy jóvenes esperanzados con ver a sus ídolos, veteranos sobrios sabiendo que el espectáculo que les espera no los decepcionará, metaleros de cepa que no van a escuchar la música sino al desmadre y pasar un rato agradable golpeándose con todos y brincado sin ton ni son. Todas las maneras son buenas para ir a un concierto de System Of A Down.

He de confesar, la manera en que iniciaron hace cuatro años con la manta cubriendo el escenario y soltándose cuando Prison Song iniciaba fue espectacular. Esta vez fueron más sobrios, subieron al escenario a saludar a los fans y esperaron a que la batería comenzará con las primeras notas de I-E-A-I-A-I-O para entrar en calor, brincos y puños alzados por todos lados, caras felices, sudor y lágrimas. El poder de la música nos había llegado de golpe. Ustedes saben que sucedió después, no es necesario que les explique cuál fue el set list del show o como vibrábamos cada que una nueva canción sonaba, desde las clásicas B.Y.O.B., Aerials, Chop Suey! o Toxicity hasta los demos como Temper, todo fue especialmente memorable. Personalmente me quedo con dos momentos especiales: la banda recientemente había perdido a una persona muy importante para ellos y que había formado parte de su familia desde los comienzos de la banda, un familiar de sangre de Shavo y decidieron compartirlo con nosotros los fans y dedicarle especialmente Lonely Day. Independientemente de algunos desadaptados que no respetaron el momento de silencio solicitado por Daron fue un momento muy emotivo y conmovedor que junto a experiencias personales lograron que durante el clímax de la canción las lágrimas escaparan de mis ojos para rodar por mis mejillas y perderse entre miles de almas coreando a tope una de las canciones más bonitas del metal. La segunda fue durante la primera parte del concierto, durante Deer Dance observe a un niño de unos 7 u 8 años en hombros de su padre con cara de éxtasis y de evidente gozo ante lo que sus ojos veían y sus odios escuchaban. Encontrarme a un niño tan pequeño disfrutando de System de tal manera hizo que el show fuese el doble de especial para mí.

System Of A Down es mi banda favorita, sus canciones me han acompañado en los momentos más felices y más tristes de mi vida, sus voces y sus riffs me emocionan. Jamás me arrepentiré del desgaste físico y económico que representa ir a uno de sus conciertos, y si la vida lo permite y existe la posibilidad de volver a escucharlos en vivo, no duden ni por un momento que ahí estaré coreando las canciones de siempre o nuevas. Porque existe algo en su música que mueve sensaciones en mi interior y hacen que grite, salte, llore, baile, cante y goce. Esta para mi es una experiencia inolvidable. Gracias, muchas gracias.

Fotos: Sopitas.com